EMPRENDEDORES FUERA DE SERIE

Hoy tiene lugar una crisis de refugiados que afecta a más de 70 millones de personas desplazadas en varias zonas del mundo, cifra que se estima crecerá a más de 300 millones hacia el 2030, no sólo por guerras o conflictos políticos o étnicos, sino también por fenómenos de inseguridad pública desbordada o desafíos como los del cambio climático.

En pocas áreas la promesa de valor de la inversión de impacto es tan pertinente. Aunque no puede sustituir a los acuerdos que hacen falta entre países y en las instancias multilaterales, lo que sí puede hacer es complementar la actividad de ONGs, gobiernos y organismos multilaterales, en especial para financiar iniciativas sociales y empresas surgidas desde la base, concebidas y creadas por o con la participación de los propios refugiados para atender sus necesidades, facilitar su proceso de adaptación y rehacer sus vidas.

En esta tarea es una fortuna contar con un colectivo como la Red de Inversión de Refugiados (RIN, por sus siglas en inglés de Refugee Investment Network) fundado por John Kluge, que vincula filantropía, agencias de desarrollo, inversionistas privados, encargados de formular políticas públicas y a los propios emprendedores.

John me ha comentado que hay un un gran entusiasmo, pero es fundamental contar con una guía sobre el papel de cada una de las partes. En ese sentido, RIN ha diseñado una hoja de ruta para México, que enfrenta desafíos migratorios formidables e inéditos: ya no solo asegurar el tránsito ordenado y seguro de los compatriotas que van a Estados Unidos y defender sus derechos en ese país, pues las presiones migratorias también vienen desde el sur y el norte, en este caso por un flujo continuo de retornados o deportados.

Realmente invito a explorar el sitio de internet de RIN. Ahí, lo mismo se enlistan y describen oportunidades de inversión que casos de éxito. Es una verdadera fuente de inspiración para emprendedores sociales. En el abanico lo mismo caben cadenas de restaurantes que esquemas de micro financiamiento.

Algunos casos exitosos

Foodhini, compañía creada en 2014 por un hijo de refugiados Hmong en Estados Unidos, a quien se le ocurrió un modelo de negocio para que cocineros refugiados desplegaran sus habilidades para ganarse la vida, además de producir un efecto positivo en el aprecio a sus comunidades y cultura a través de una experiencia culinaria multicultural. Hoy ofrece un amplio menú, accesible por órdenes vía internet, y se asoció con Whole Foods para instalar pabellones que ofrecen platillos de Siria, Laos, Irán o Etiopía.

El caso de Kiva, una plataforma de crowdfunding con sede en San Francisco que ha dado créditos por más de 1,400 millones de dólares a más de 3.5 millones de personas sin acceso a servicios financieros en 77 países, respaldados por más de 1.8 millones de prestamistas. Ahora moviliza a su base de contribuyentes para canalizar, inicialmente, 13 millones de dólares a 15,000 refugiados emprendedores, con el objetivo de escalar el impacto a 200,000.

De México, Hola Code, con sedes en Tijuana y la Ciudad de México: un programa de enseñanza en ingeniería de software que beca a jóvenes deportados de Estados Unidos para que se conviertan en especialistas en programación y código. De esa forma, se hacen de una profesión, para colocarse en empresas o fundar sus propias startups. Así, el proyecto y nuestro país aprovechan su talento, dominio del inglés, proyección bicultural y ganas de salir adelante.

En Inglaterra, Chatterbox es una plataforma online de aprendizaje de idiomas, diseñada y operada por refugiados. Con esquemas inteligencia artificial para integrar los programas y servicios en una app, combina el autoestudio con la tutoría de instructores refugiados.

En estos momentos, cuando en varios países surgen movimientos de intolerancia a la diversidad, es oportuno recordar, con una narrativa sólida como la que puede escribirse con este tipo de experiencias, la vitalidad que los migrantes y los refugiados aportan a las sociedades, tanto en materia económica como cultural. Apoyarlos no sólo es ético, sino una inversión para la prosperidad general.

Fuente: entrepreneur.com

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1 comentario

  1. Naiara

    Esta genial el articulo. Saludos.

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