¿DEJAR DE DISCUTIR O APRENDER A DISCUTIR?

¿Por qué discutimos?

Discutimos cuando la comunicación falla. ¿Por que? No es tan raro.

Entre lo que yo quiero expresar y lo que realmente expreso, hay una pequeña diferencia. Pero entre lo que yo digo y lo que el otro escucha y entiende, existe una distancia todavía  mayor.

Para expresarnos correctamente:

Si quieres evitar malas jugadas en la comunicación y caer en discusiones inútiles, sigue estas pautas:

  • ¿A QUIÉN ESTOY HABLANDO?:

Piensa a quién te vas a dirigir: no es lo mismo hablar con el jefe  que con tu hijo o tu pareja. Es muy importante que mires a la persona,  que consideres si el momento es más adecuado para hablar del tema en  cuestión y que tengas en cuenta su estado de ánimo. Si no lo sabes,  pregunta: «¿Tienes un rato para que hablemos?.

Esta frase puede evitarte muchas discusiones.

  • PIENSA ANTES DE HABLAR:

Antes de expresar lo que quieres decir, pedir o transmitir, es  necesario que lo pienses a solas. Puedes dedicar un tiempo a reflexionar  o expresar por escrito lo que quieres expresar. Cuánto más concreto seas,  más fácil será que el otro te entienda. Y, sobre todo nunca ataques ni  juzgues a tu interlocutor.

  • PARA LA DISCUSIÓN:

Si la conversación sube de tono y ves que se te escapa de las manos, es importante que te detengas detenerte y aplaces la charla para otro momento en que ambos estéis más receptivos o más calmados.

Intenta aceptar la frustración que supone dejarlo sin haberte entendido del todo.

Es un esfuerzo pero resulta muy ventajoso.

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